Una de las construcciones más relajantes de México, se ubica en las faldas del Parque Nacional Izta-Popo.
Por Alfredo Pérez
Fotografías. Cortesía Ana Rivera
Debido a su ubicación, enclavada entre los volcanes Popocatépetl e Iztaccíhuatl y gracias a sus increíbles vistas, la Ermita del Silencio ha sido catalogado como el lugar más relajante de México, un sitio apacible que invita a la reflexión y al crecimiento espiritual.
La Ermita del Silencio es una casa franciscana que no está abierta al público en plan turístico, pero sí ofrece experiencias espirituales católicas, siempre y cuando hayan sido reservadas con anticipación en su página de Facebook.
El santuario se ubica en las faldas del Parque Nacional Izta-Popo, a 3,690 metros sobre el nivel del mar, en un rincón de las montañas. Su incomparable paisaje está compuesto por pinos, oyameles, pastizales y riachuelos.
Una de las características que más llama la atención de la Ermita del Silencio es su arquitectura, la cual parece salida de un mundo de fantasía, acompañada con elementos comunes de los monasterios franciscanos.
Su creación corrió a cargo de Fray Gerónimo Genovard, misionero en Brasil y Perú de la orden franciscana, quien atraído por el paisaje que le ofrecían los volcanes y la zona se decidió a la construcción de un santuario de paz, la cual concluyó en 1986.
De entre sus múltiples espacios destaca la capilla, influenciada por el Budismo Zen, sus habitaciones con grandes ventanales, la fuente del jardín rodeada de esculturas y arcos y, por su puesto, la espectacular vista al Popocatépetl.
Mucho ojo. Debido a que no es centro de atracción turística, no es posible entrar a la Ermita del Silencio, sin previo aviso. Sin embargo, en su página oficial de Facebook te puedes informar sobre los retiros programados por los frailes para vivir una gran experiencia.
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