La actriz Charisma Carpenter, protagonista de "Buffy the Vampire Slayer" y de la serie derivada "Angel", se sumó a las críticas que otros actores han vertido contra el director Joss Whedon por "comportamiento abusivo" y "actitudes inaceptables".
A través de sus redes sociales, Carpenter compartió la experiencia que asegura haber vivido bajo la dirección de Whedon, que incluye amenazas, insultos de "gorda" cuando estaba embarazada de cuatro meses y un despido inmediatamente posterior al parto.
En su escrito la actriz se solidarizó con su compañero Ray Fihser, quien ya había alertado del supuesto comportamiento manipulador del cineasta durante otro rodaje, la cinta de superhéroes "Justice League" (2017).
"Joss Whedon abusó de su poder en numerosas ocasiones mientras trabajamos juntos. Los incidentes perturbadores desencadenaron una condición física crónica que todavía sufro", aseguró la actriz.
Según el relato de Carpenter, la actriz se reunió con el director de la serie cuando se quedó embarazada y este le preguntó si "se lo iba a quedar".
"Procedió a atacar a mi personaje, burlarse de mis creencias religiosas, acusarme de sabotear el programa y luego me despidió sin ceremonias una vez que di a luz", indicó, a pesar de que el personaje que interpretaba también estaba embarazada en la trama de la serie.
Entre otras vivencias, la interprete relató que recibió una llamada para trabajar a la 1 de la mañana el día después de que su médico le recomendara reposar por contracciones inesperadas y problemas en la gestación derivados del estrés.
Inmediatamente después, otras compañeras se sumaron a los apoyos y denunciaron al director.
Sarah Michelle Gellar, que participó en tres temporadas de “Buffy the Vampire Slayer” pidió que no se asociara más su nombre al de Whedon y aseguró "estar orgullosa" de los que se habían atrevido a hacer públicas sus denuncias y Michelle Trachtenberg, otra compañera, afirmó que esas actitudes "tenían que darse a conocer".
Amber Benson, también del reparto, aseguró que el rodaje de la serie era un "ambiente tóxico".
Todos los comentarios llegan siete meses después de la carta en la que Ray Fisher calificó de asqueroso, abusivo y nada profesional al mismo cineasta.
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